domingo, agosto 26, 2007
Los franceses en NY
Hace unos días cenaba con Ale y Valeria en un restaurant en la 7ª avenida. Escogimos una mesa en la calle para poder ver a la gente pasar. Casi habíamos terminado cuando vimos pasar a Tatiana, compañera del Met de mi esposa, junto con Greg su novio; un científico Francés que trabaja en Columbia University, y quien cuando es cuestionado acerca de su proyecto en la universidad solo atina a decirnos “tiene que ver con proteínas, es muy complejo, no te quiero aburrir”. Tatiana, de origen Brasileño/Ruso y Greg nos acompañaron con una cerveza. Obviamente con Valeria sentada con nosotros, pronto la conversación se enfocó en los niños, por lo que rápidamente surgió la pregunta: ¿Cuándo van a tener su siguiente hijo?, por cortesía no respondimos con el adecuado: ¿y ustedes cuando piensan casarse?. En fin, los argumentos acerca de los hijos únicos fluyeron, hasta que Greg hizo saber su punto: “Es importante tener más de un hijo, por si algo llegara a pasarle al primero, que tal si muere!”. Por supuesto la reacción de Tatiana fue decir “Greg! que estas diciendo?”; en realidad, a mi me pareció como sacado de una película de Woody Allen.
No bien acabábamos de cerrar el tema, cuando una discusión en la calle nos llamó la atención. Poco nos tomó entender que el alboroto se debía a que el perro salchicha de un señor se había orinado en el zapato de una chica que estaba parada en la calle con su novio. Por supuesto este último reaccionó con enojo y reclamó al dueño acerca de la conducta de su mascota, quien lejos de disculparse regresó el reclamo y dijo que eso no habría sucedido, si no fuera porque “ella estaba parada ahí en la calle: como si fuera un árbol de navidad”, dejando oir su imperfecto inglés y su fuerte acento francés.
Hace unos días cenaba con Ale y Valeria en un restaurant en la 7ª avenida. Escogimos una mesa en la calle para poder ver a la gente pasar. Casi habíamos terminado cuando vimos pasar a Tatiana, compañera del Met de mi esposa, junto con Greg su novio; un científico Francés que trabaja en Columbia University, y quien cuando es cuestionado acerca de su proyecto en la universidad solo atina a decirnos “tiene que ver con proteínas, es muy complejo, no te quiero aburrir”. Tatiana, de origen Brasileño/Ruso y Greg nos acompañaron con una cerveza. Obviamente con Valeria sentada con nosotros, pronto la conversación se enfocó en los niños, por lo que rápidamente surgió la pregunta: ¿Cuándo van a tener su siguiente hijo?, por cortesía no respondimos con el adecuado: ¿y ustedes cuando piensan casarse?. En fin, los argumentos acerca de los hijos únicos fluyeron, hasta que Greg hizo saber su punto: “Es importante tener más de un hijo, por si algo llegara a pasarle al primero, que tal si muere!”. Por supuesto la reacción de Tatiana fue decir “Greg! que estas diciendo?”; en realidad, a mi me pareció como sacado de una película de Woody Allen.
No bien acabábamos de cerrar el tema, cuando una discusión en la calle nos llamó la atención. Poco nos tomó entender que el alboroto se debía a que el perro salchicha de un señor se había orinado en el zapato de una chica que estaba parada en la calle con su novio. Por supuesto este último reaccionó con enojo y reclamó al dueño acerca de la conducta de su mascota, quien lejos de disculparse regresó el reclamo y dijo que eso no habría sucedido, si no fuera porque “ella estaba parada ahí en la calle: como si fuera un árbol de navidad”, dejando oir su imperfecto inglés y su fuerte acento francés.
Etiquetas: reflexiones
viernes, agosto 10, 2007
Convivencia y aprendizaje
Hace unos días escuchaba en NPR acerca de la exhibición Global Cities del Tate Modern en Londres. El curador de la exhibición reflexionaba sobre el por qué hoy, una de cada dos personas en el mundo habitan en ciudades. Una de las razones es porque los seres humanos aprendemos más cuando vivimos en comunidades.
Esto es patente cuando vemos la formación de "clusters" como Silicon Valley para las tecnologías de Información, Wall Street para Servicios Financieros, Madison Avenue para Publicidad y Relaciones Públicas, París o Milán para la moda, Florencia para el arte en el Renacimiento y más recientemente Hiderabad para Servicios de TI.
Recuerdo un maestro de "Teoría del Diseño", que nos decía: "Cuando busquen inspiración, no piensen en irse a la playa o recluirse en un cuarto... Salgan, vean, convivan y luego dibujen; hagan prototipos...". Cuando camino por las calles de Nueva York, veo lo cierto que es esto. El bombardeo de ideas, conceptos, culturas, sonidos e imágenes es sin duda una gran fuente de inspiración; aún cuando para muchos o en ocasiones, podría ser abrumador.
Valeria aprendió a aplaudir hace poco más de un mes; sin embargo, lo hacía con un estilo muy peculiar, sacudiendo las manos en movimientos diagonales de arriba hacia abajo. Más parecía que se sacudía las manos, que un aplauso en forma. Nosotros sabíamos que aplaudía porque siempre reaccionaba con ese movimiento a la voz de "Bravo!". Hasta que un día, visitó a su amigo Mathew, que estaba por cumplir un año (un mes mayor que ella), y él ya dominaba el concepto del aplauso. Inmediatamente Valeria lo observó y al poco rato ya aplaudía como el resto de nosotros.
Todos aprendemos de los demás, nos inspiramos por el trabajo y las acciones de otras personas. Por eso tendemos a vivir unos cerca de otros.
Hace unos días escuchaba en NPR acerca de la exhibición Global Cities del Tate Modern en Londres. El curador de la exhibición reflexionaba sobre el por qué hoy, una de cada dos personas en el mundo habitan en ciudades. Una de las razones es porque los seres humanos aprendemos más cuando vivimos en comunidades.
Esto es patente cuando vemos la formación de "clusters" como Silicon Valley para las tecnologías de Información, Wall Street para Servicios Financieros, Madison Avenue para Publicidad y Relaciones Públicas, París o Milán para la moda, Florencia para el arte en el Renacimiento y más recientemente Hiderabad para Servicios de TI.
Recuerdo un maestro de "Teoría del Diseño", que nos decía: "Cuando busquen inspiración, no piensen en irse a la playa o recluirse en un cuarto... Salgan, vean, convivan y luego dibujen; hagan prototipos...". Cuando camino por las calles de Nueva York, veo lo cierto que es esto. El bombardeo de ideas, conceptos, culturas, sonidos e imágenes es sin duda una gran fuente de inspiración; aún cuando para muchos o en ocasiones, podría ser abrumador.
Valeria aprendió a aplaudir hace poco más de un mes; sin embargo, lo hacía con un estilo muy peculiar, sacudiendo las manos en movimientos diagonales de arriba hacia abajo. Más parecía que se sacudía las manos, que un aplauso en forma. Nosotros sabíamos que aplaudía porque siempre reaccionaba con ese movimiento a la voz de "Bravo!". Hasta que un día, visitó a su amigo Mathew, que estaba por cumplir un año (un mes mayor que ella), y él ya dominaba el concepto del aplauso. Inmediatamente Valeria lo observó y al poco rato ya aplaudía como el resto de nosotros.
Todos aprendemos de los demás, nos inspiramos por el trabajo y las acciones de otras personas. Por eso tendemos a vivir unos cerca de otros.
Etiquetas: reflexiones, Valeria
miércoles, agosto 08, 2007
Correr y caminar
Este pasado Domingo 9,920 personas terminamos el medio maratón de NY.
La experiencia de participar en una carrera así es definitivamente memorable. En los últimos tres años he corrido 11 medios maratones y tres maratones; cada uno de ellos deja una impresión en mi memoria; sin embargo este último tiene un sabor especial. Un recorrido que inicia en Central Park, cruza Times Square, baja junto al río Hudson, pasa por “Ground Zero” y termina en Battery Park; aunado a la excelente organización de NYRR; dan forma a una experiencia que valió la pena.
Sin embargo, lo más relevante de esta carrera para mi, es el sentido de logro de la mayoría de los corredores. La diferencia de este con los otros 5 medios maratones que se corren anualmente en NY, los cuales forman parte del NY Half Marathon Grand Prix (una carrera por cada “Borough” – Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island), es que estos cuentan con una asistencia mucho más limitada, compuesta de corredores cotidianos. Esta, la del domingo, es una carrera que atrae a más corredores “casuales”, a quienes la distancia representa un gran reto. El sentido de logro de la mayoría de las personas definitivamente es contagioso, y contribuye a enriquecer la experiencia de participar en un evento así.
PS.
Ayer Valeria dio sus primeros pasos solita… ¡eso es una experiencia memorable!
Este pasado Domingo 9,920 personas terminamos el medio maratón de NY.
La experiencia de participar en una carrera así es definitivamente memorable. En los últimos tres años he corrido 11 medios maratones y tres maratones; cada uno de ellos deja una impresión en mi memoria; sin embargo este último tiene un sabor especial. Un recorrido que inicia en Central Park, cruza Times Square, baja junto al río Hudson, pasa por “Ground Zero” y termina en Battery Park; aunado a la excelente organización de NYRR; dan forma a una experiencia que valió la pena.
Sin embargo, lo más relevante de esta carrera para mi, es el sentido de logro de la mayoría de los corredores. La diferencia de este con los otros 5 medios maratones que se corren anualmente en NY, los cuales forman parte del NY Half Marathon Grand Prix (una carrera por cada “Borough” – Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island), es que estos cuentan con una asistencia mucho más limitada, compuesta de corredores cotidianos. Esta, la del domingo, es una carrera que atrae a más corredores “casuales”, a quienes la distancia representa un gran reto. El sentido de logro de la mayoría de las personas definitivamente es contagioso, y contribuye a enriquecer la experiencia de participar en un evento así.
PS.
Ayer Valeria dio sus primeros pasos solita… ¡eso es una experiencia memorable!
Etiquetas: Carreras, Experiencias, Valeria
