jueves, julio 19, 2007
Explosión en NY
El día de ayer, después de una comida de negocio en un restaurant en Grand Central; como es mi costumbre, me "refugié" en un Starbucks (mi segunda oficina) para atender un par de "conference calls" y avanzar en mi trabajo, antes de encontrarme con Ale y Valeria (mi bebé de 10 meses). En esta ocasión seleccioné la sucursal de Lexington y la calle 44.
Atendí a las conferencias, avancé en mi presentación, redacté un press release y contesté algunos e-mails. Poco antes de las 6:00 pm llegó Ale, con Valeria y nuestra amiga Elena.
Compramos unos cafés y pasteles. Platicábamos cuando notamos que en la calle corría la gente despavorida con dirección hacia el norte. Al mismo tiempo sentimos una fuerte vibración que recorría el suelo y las ventanas; seguida de un sonido muy peculiar; con lo único que puedo asociarlo es con el de las Cataratas del Niagara.
Instintivamente, como si lo trajéramos a nivel de DNA, los tres mexicanos pensamos en un terremoto. Sin embargo en fracciones de segundo lo cambiamos; por estar en NY pensamos en un ataque terrorista. Esta idea se reafirmó al ver el pánico en la cara de la gente que corría por la calle.
Me asomé a la calle, y lo que vi fue la gente corriendo y al fondo una nube blanca, con un tono café, acompañado de pedazos de concreto cayendo del cielo.
Estábamos junto a Grand Central, donde se juntan varias líneas del metro y los trenes suburbanos; en pleno "rush hour", junto al Chrysler Building y al Pan-Am Building; todos perfectos blancos de los terroristas.
La escena que ví era idéntica a aquella toma de sept. 11, cuando colapsa una de las torres y la gente huye perseguida por la nube de escombro y polvo.
- Foto de Hugo Cervantes, publicada en Reforma.com Julio 19 2007 -
Salimos corriendo del café. Corrimos hasta la siguiente esquina, donde nos detuvimos a evaluar la situación, no sabíamos que pasaba; mucha gente corría, algunos se detenían a tomar fotos con celulares; otros mirábamos hacia el cruce de las calles Lexington y 41, donde veíamos con incredulidad, miedo e intriga aquella formación, que por el color, parecía más un tornado y se extendía hasta el cielo, con un rugido muy peculiar.
- Esta toma, desde un edificio, capta el sonido y la dimensión de lo que nosotros veíamos desde el nivel de calle.
Resultó ser una tubería de gas que estalló, hirió a una veintena de personas, y mató a otra de un ataque cardiaco.
Me impresionó lo grabado que tenemos todos, de acuerdo a nuestro propio contexto, las situaciones de emergencia como terremotos o actos terroristas. La respuesta de los equipos de emergencia también fue sobresaliente; literalmente, en cuestión de minutos, la zona estaba plagada de bomberos y policías. También me impresionó que estando en Manhattan, "el ombligo del mundo", nos tomó casi una hora saber que había pasado.
Este es el relato del NY Times
El día de ayer, después de una comida de negocio en un restaurant en Grand Central; como es mi costumbre, me "refugié" en un Starbucks (mi segunda oficina) para atender un par de "conference calls" y avanzar en mi trabajo, antes de encontrarme con Ale y Valeria (mi bebé de 10 meses). En esta ocasión seleccioné la sucursal de Lexington y la calle 44.
Atendí a las conferencias, avancé en mi presentación, redacté un press release y contesté algunos e-mails. Poco antes de las 6:00 pm llegó Ale, con Valeria y nuestra amiga Elena.
Compramos unos cafés y pasteles. Platicábamos cuando notamos que en la calle corría la gente despavorida con dirección hacia el norte. Al mismo tiempo sentimos una fuerte vibración que recorría el suelo y las ventanas; seguida de un sonido muy peculiar; con lo único que puedo asociarlo es con el de las Cataratas del Niagara.
Instintivamente, como si lo trajéramos a nivel de DNA, los tres mexicanos pensamos en un terremoto. Sin embargo en fracciones de segundo lo cambiamos; por estar en NY pensamos en un ataque terrorista. Esta idea se reafirmó al ver el pánico en la cara de la gente que corría por la calle.
Me asomé a la calle, y lo que vi fue la gente corriendo y al fondo una nube blanca, con un tono café, acompañado de pedazos de concreto cayendo del cielo.
Estábamos junto a Grand Central, donde se juntan varias líneas del metro y los trenes suburbanos; en pleno "rush hour", junto al Chrysler Building y al Pan-Am Building; todos perfectos blancos de los terroristas.
La escena que ví era idéntica a aquella toma de sept. 11, cuando colapsa una de las torres y la gente huye perseguida por la nube de escombro y polvo.
- Foto de Hugo Cervantes, publicada en Reforma.com Julio 19 2007 -
Salimos corriendo del café. Corrimos hasta la siguiente esquina, donde nos detuvimos a evaluar la situación, no sabíamos que pasaba; mucha gente corría, algunos se detenían a tomar fotos con celulares; otros mirábamos hacia el cruce de las calles Lexington y 41, donde veíamos con incredulidad, miedo e intriga aquella formación, que por el color, parecía más un tornado y se extendía hasta el cielo, con un rugido muy peculiar.
- Esta toma, desde un edificio, capta el sonido y la dimensión de lo que nosotros veíamos desde el nivel de calle.
Resultó ser una tubería de gas que estalló, hirió a una veintena de personas, y mató a otra de un ataque cardiaco.
Me impresionó lo grabado que tenemos todos, de acuerdo a nuestro propio contexto, las situaciones de emergencia como terremotos o actos terroristas. La respuesta de los equipos de emergencia también fue sobresaliente; literalmente, en cuestión de minutos, la zona estaba plagada de bomberos y policías. También me impresionó que estando en Manhattan, "el ombligo del mundo", nos tomó casi una hora saber que había pasado.
Este es el relato del NY Times
Etiquetas: Experiencias, reflexiones